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Las últimas semanas han sido bastante agitadas en el movimiento para evitar la ley de obtentores vegetales, tanto marchas en todas las ciudades, velatones, ferias libres, trafkintus, charlas y conversatorios, manifestaciones en el congreso, envío masivo de cartas a los parlamentarios (cerca de 1.500.000). Todo con el fin de informar y comunicar a los chilenos y chilenas la importancia que tienen las semillas campesinas y lo que podría suceder frente a la aprobación de esta ley.
Esta ley habilita la apropiación de variedades genéticas, paso previo a la apropiación de transgénicos, por parte de un ‘obtentor vegetal’, esto es una empresa o persona que ha obtenido una variedad o modifiación de un vegetal con propiedades específicas. Esto se deriva, en primer lugar, a que permite patentar e imponer propiedad intelectual sobre un elemento vivo, el código genético. También, puede ocurrir lo que en India o Colombia[1], por dar un ejemplo, que se da el caso de que se les prohibe a los campesinos decidir sobre sus cosechas, no pueden guardar semilla ni seleccionar para desarrollar otras variedades, solo por contrato lo que define la empresa proveedora. Esto se encauza en la miseria, pobreza y muerte de los campesinos..